Arañaste mi alma con tus suspiros,
que abrazaron mi pecho desnudo
hiriendo de muerte al destino.
Tus caricias desnudaron mi piel,
besando la comisura de mis miedos
con gemidos cómplices en silencio.
Y mis manos recorrieron tu cuerpo,
tacto frío al calor del deseo
que llora en cada rincón de tu figura.
Nuestras pasiones se cruzaron
formando un único lamento.
fuimos dos cuerpos en uno,
dos corazones, un pecho.
Jesús Cernuda.
Bueno Jesús, parece que las musas... han vuelto para quedarse! Abrazucu apretadín desde Villa de Rayuela, estos días con el agua por los tobillos ;-)
ResponderEliminarno lo grites muy alto, no sea que lo escuchen y decidan agarrar el barco, subirse a una de esas olas e irse. otro abrazo para ti
EliminarPrecioso, Jesús. Tengo que incluirte entre los poetas que me hacen vibrar. Gracias por compartir con todos tu don. Un abrazo.
ResponderEliminarbuf. gracias mayte, tu si que me has hecho vibrar con tu comentario. todo un placer. un fuerte abrazo
EliminarMadre, Jesús, tenemos conocidos comunes !! Soy el Público del Mago
Eliminarsi es que el mundo es un pañuelo. gracias por pasarte por mi pequeño rincon. un abrazo del "mago" ;)
EliminarHola Jesus,
ResponderEliminarPrecioso e intenso...
Que sus musas no se vayan. Gracias por sus letras señor poeta.
Saludos cálidos.
muchas gracias Elisa. que alguien me llamé señor poeta es motivo más que suficiente para no dejar marchar a las musas. saludos
EliminarJesús, efectivamente la Musa está contigo porque vaya poema superintenso que has escrito. Voy a leer más cosas tuyas.
ResponderEliminarUn abrazo,
gracias María Paloma. me alegra que te guste. y encantado que visites mis rinconcitos. un abrazo
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