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viernes, 5 de diciembre de 2014

¿por qué la fe de oimiuq?

Creo que ya he explicado en varias ocasiones el por qué. Que siempre me había gustado escribir pequeñas historias de todo tipo de cosas que se me pasaban por la cabeza. Pero fue cuando nació Adrián (mi hijo) cuando definitivamente me decidí a terminar una de ellas. Y, puesto que él fue la motivación, que mejor que algo juvenil, donde pudiera leerse entre líneas la importancia de ciertos elementos de la vida, como la amistad, el no dejar de luchar etc.
El por qué, está claro. Más difícil quizás sea explicar el cómo. Digo más difícil porque he leído muchos artículos relacionados con el proceso de escribir un libro. Hay quien dice que es bueno tener bien definidos los capítulos (con una breve reseña de lo que va a ocurrir en ellos) para luego ir desarrollándolos, otros que es mejor ponerse a escribir con una idea y que el libro vaya tomando forma por sí solo.
Yo está claro que no estoy en los primeros, incluso puedo decir que no fue hasta terminar por completo mi historia cuando la dividí en capítulos, más bien diría que escribo dejándome llevar por una idea; y aquí está lo extraño, mi idea siempre es el final del libro, digamos que empiezo la casa por el tejado. Desde el principio supe como quería que acabara “la fe de Oimiuq”, lo único que tenía que hacer era llegar a ese final y para ello empecé a escribir. Supongo que todos tenemos a esa persona a la que le contamos nuestra idea y a mí siempre me dice lo mismo: “todavía no lo empezaste y ya sabes cómo va a acabar” pues sí.
En el caso de “la fe de oimiuq”, tuve claro en seguida que quería una historia que mezclara realidad con fantasía (no olvidemos que está más bien destinado a un público juvenil), me limité a situar al protagonista en un mundo que no conocía y a escribir sobre él. Empezaba por tanto en esa fantasía para llegar a esa realidad.
Hay quien me dijo que tenía algo bueno, imaginación, aunque no es del todo cierto. De ella salieron los lugares y algunos de los personajes (y como no toda la historia que me llevó a aquel final) pero también es cierto que la mayoría de esos personajes se podría decir que están basados en otros ya descritos (mitos, leyendas). No es difícil darse cuenta: Elfos, Ninfas, Duendes, Esfinge... Quizás por eso hubo quienes "criticaron" que los nombres que usaba los había copiado de otros libros. Y sí, es verdad, en cualquier libro de mitología puede encontrarse, por ejemplo, a los Elfos. Pero parecía gustarle menos aún un nombre que tan solo se menciona en el libro, Eragon y fue cuando tuve que explicarle la historia de ese personaje, que como la mayoría de la gente, conocía por una película y no por lo que se cuenta de él en los libros de leyendas.
Por tanto, fui recogiendo información sobre seres ya descritos (muchos descartados, quien sabe si por el momento), para ir realizando mi historia, dejando que las ideas fueran llevándome a otras ideas que se iban enlazando, quiero creer que eso gracias a mi imaginación.
Incluso, como algo gracioso, creo que si yo fuera el protagonista y llegara a la ciudad de bronce a enfrentarme con mi destino. La imagen que vería en el muro, sería a mi mismo leyendo sobre mis compañeros de viaje. Si quereis estar frente a ese muro ya sabéis.