BIENVENIDOS A MI PEQUEÑO RINCÓN.
Arkero Solitario Fotografía
hoy comienzo mi nueva aventura, en este rincón en el que espero compartamos sueños.
un lugar donde dejarnos llevar por el corazón y donde dar cabida a todos nuestros
pensamientos.
alguien me djo una vez: "nunca dejes de soñar, que a veces hasta se cumplen"
por lo tanto, SOÑEMOS.
soñando vidas, viviendo sueños
domingo, 30 de octubre de 2050
viernes, 5 de diciembre de 2014
¿por qué la fe de oimiuq?
Creo que ya he explicado en varias ocasiones el por qué. Que siempre me había gustado escribir pequeñas historias de todo tipo de cosas que se me pasaban por la cabeza. Pero fue cuando nació Adrián
(mi hijo) cuando definitivamente me decidí a terminar una de ellas. Y, puesto que él fue la motivación, que mejor que algo
juvenil, donde pudiera leerse entre líneas la importancia de ciertos
elementos de la vida, como la amistad, el no dejar de luchar etc.
El por qué, está claro. Más difícil quizás sea explicar el cómo. Digo más difícil porque he leído muchos artículos relacionados con el
proceso de escribir un libro. Hay quien dice que es bueno tener bien
definidos los capítulos (con una breve reseña de lo que va a ocurrir en
ellos) para luego ir desarrollándolos, otros que es mejor ponerse a
escribir con una idea y que el libro vaya tomando forma por sí solo.
Yo está claro que no estoy en los
primeros, incluso puedo decir que no fue hasta terminar por completo mi
historia cuando la dividí en capítulos, más bien diría que escribo
dejándome llevar por una idea; y aquí está lo extraño, mi idea siempre
es el final del libro, digamos que empiezo la casa por el tejado. Desde
el principio supe como quería que acabara “la fe de Oimiuq”, lo único
que tenía que hacer era llegar a ese final y para ello empecé a
escribir. Supongo que todos tenemos a esa persona a la que le contamos
nuestra idea y a mí siempre me dice lo mismo: “todavía no lo empezaste y ya sabes cómo va a acabar” pues sí.
En el caso de “la fe de oimiuq”, tuve
claro en seguida que quería una historia que mezclara realidad con
fantasía (no olvidemos que está más bien destinado a un público
juvenil), me limité a situar al protagonista en un mundo que no conocía y
a escribir sobre él. Empezaba por tanto en esa fantasía para llegar a
esa realidad.
Hay quien me dijo que tenía algo bueno,
imaginación, aunque no es del todo cierto. De ella salieron los lugares y
algunos de los personajes (y como no toda la historia que me llevó a
aquel final) pero también es cierto que la mayoría de esos personajes se
podría decir que están basados en otros ya descritos (mitos, leyendas).
No es difícil darse cuenta:
Elfos, Ninfas, Duendes, Esfinge... Quizás por eso hubo
quienes "criticaron" que los nombres que usaba los había copiado de otros
libros. Y sí, es verdad, en cualquier libro de mitología puede
encontrarse, por ejemplo, a los Elfos. Pero parecía gustarle menos aún
un nombre que tan solo se menciona en el libro, Eragon y fue cuando tuve
que explicarle la historia de ese personaje, que como la mayoría de la
gente, conocía por una película y no por lo que se cuenta de él en los
libros de leyendas.
Por tanto, fui recogiendo información
sobre seres ya descritos (muchos descartados, quien sabe si por el
momento), para ir realizando mi historia, dejando que las ideas fueran
llevándome a otras ideas que se iban enlazando, quiero creer que eso
gracias a mi imaginación.
Incluso, como algo gracioso, creo que si
yo fuera el protagonista y llegara a la ciudad de bronce a enfrentarme
con mi destino. La imagen que vería en el muro, sería a mi mismo leyendo
sobre mis compañeros de viaje. Si quereis estar frente a ese muro ya sabéis.
martes, 25 de noviembre de 2014
PERO YO TE CREÍ
El sol descansaba ya sobre las frías aguas,
Las olas traían a mi memoria el aroma de tus recuerdos
Mientras mis pies descalzos acariciaban la arena.
En mi mente el miedo me susurra palabras vacías,
Esas con las que un día me engañaste
Prometiendo sueños no cumplidos…
Pero yo te creí.
No hubo brisa que pudiera secar mis lágrimas
El día que con un beso en los labios me dijiste adiós,
Hiriendo de muerte una vida que,
Por habértela entregado, no me pertenecía.
Ahora estoy aquí, solo,
Arrastrando mis pasos hacia el fondo del mar,
Esperando que mi corazón se silencie por siempre.
Te veo a lo lejos,
Asomando en el mismo lugar donde el sol se pierde,
Haciéndome un gesto para que me acerque a ti.
Con otra cara y con otro nombre
Me dijiste que sería eterno…
Pero yo te creí.
Jesús Cernuda.
viernes, 14 de noviembre de 2014
PALABRAS SIN DUEÑO
Busco un lugar donde dar descanso
[A mis pies desnudos
Las arrugas de tus silencios.
Busco un lugar donde dar descanso
[A unos sueños dormidos
Que un día lloraron lágrimas
En la orilla de tus miedos.
Y dejar que la huella del tiempo
Roce el sabor de tus recuerdos.
Besando la comisura de tu mirada
En unos labios que gritaron...
[Palabras sin dueño.
Jesús Cernuda.
Autor del dibujo, Luis Serrano:
viernes, 31 de octubre de 2014
VISITA INESPERADA
Hoy, 31 de octubre de 2014 he recibido una visita
inesperada. Apenas había salido el sol cuando escuché el timbre de mi puerta. Como
cada mañana, estaba intentando escribir la que esperaba fuera la próxima novela
de moda, quizás algo presuntuoso teniendo en cuanta que eso mismo pensé antes
de acabar las ocho que se esconden en el cajón de la mesita y de las que ninguna
editorial quiso saber nada.
De forma insistente volvieron a llamar.
—Voy, Voy —grité.
No me dio tiempo a llegar a la puerta, frente a mí una muchacha
me sonreía.
—Perdona, estaba abierta y como no venías…
Qué raro, jamás me iba a dormir sin cerrar bien y sin
comprobar que la cadena de seguridad estuviera puesta. Aquella mujer tenía un
aspecto extraño y no sé porque, quedé como hipnotizado.
—Sí, soy yo—escuché que me decía, aunque no viera como movía
los labios.
Había oído muchas veces una leyenda en la que, a cambio de
ciertos favores, las personas vendían su alma al diablo. Yo mismo, después de
leer el último email rechazando mis novelas, lo había pensado. Algo en mi
interior me decía que aquella joven era el mismísimo Lucifer disfrazado. Quizá era
mi oportunidad, tenerlo frente a mí y ser más listo que él, siempre he creído
que sería capaz.
Como podréis imaginar, tuve que firmar una especie de
contrato. Lo leí varias veces, era algo muy sencillo, dos únicas líneas en
donde nada decía de tener que venderle mi alma:
Yo, Emma O. me
comprometo a presentar los manuscritos a las editoriales, conseguir que las
novelas sean un éxito y su autor reconocido en todo el mundo.
Por supuesto que firmé, soñando ya con aquel momento.
Han pasado dos años desde aquel día, he dejado de escribir desde
entonces pensando que ya no era necesario. Os preguntareis que fue de aquella
muchacha. Estoy seguro que la habéis visto más de una vez en la tele. Esta
misma semana ha presentado su cuarta novela que seguro será un éxito mayor a
las anteriores.
No he podido evitar comprar sus libros, esos que un día
descansaron en mi mesita y recordar aquella estúpida leyenda. Le entregué toda
la capacidad de trabajo y sacrificio que realmente me hacían falta. Opté por el
camino fácil cuando, después de escribir ocho novelas, ya debería saber que eso no
existe.
He decidido contar mi historia, aunque sé que creerán antes
a la gran autora que a mí. Sólo espero que de esta manera la gente abra los
ojos y nadie más vuelva a vender su alma... a ningún hombre o diablo.
Jesús Cernuda.
martes, 21 de octubre de 2014
GEMIDOS
Aún recuerdo la primera vez que la vi, hace ya muchos,
muchos años. Caminaba meneando su escultural cuerpo, con la mirada de quien se
sabe observada por todos los presentes. Puedo decir que fui la envidia de cada
uno de ellos cuando vieron que se acercaba a mí.
Me dedicó una sonrisa apartando el flequillo, dejando al
descubierto unos grandes ojos verdes. Tengo que decir que fue lo que todo el
mundo conoce como un flechazo y que poco más de media hora después, estábamos
en mi casa.
No hicieron falta palabras, nuestras miradas hablaban por si
solas, mientras poco a poco, como si fuera un baile ya coreografiado, nos
íbamos desnudando.
La oscuridad de la habitación no me impidió ver toda la
belleza de su cuerpo, cuando se acercó rozando mi espalada con sus manos,
provocando que cada centímetro de mi piel se estremeciera. Se dio la vuelta y agarró
las mías con suavidad, haciendo que acariciara sus pechos desnudos a la vez que,
recostando su cabeza contra mi hombro, pasaba sus labios carnosos por mi
cuello. Apenas podía creer que me estuviera pasando aquello.
Lentamente fue dejando que mis dedos descendieran. Sentí su
vientre firme antes de llegar a su entrepierna para poder notar el calor que
desprendíamos. La excitación ya casi no nos dejaba respirar, el silencio de la
habitación se llenaba de leves gemidos que ella dejaba escapar.
De forma brusca me soltó y se puso frente a mí, pasando una
húmeda y afilada lengua por la comisura de mis labios mientras acariciaba mi
pelo. Me dio un empujón haciéndome caer sobre la cama y se puso encima dejando
que sus pezones rozaran los míos. Empezó a darme pequeños mordiscos y fue
bajando hasta alcanzar mis muslos. Cerré los ojos mientras besaba mi sexo y con
pequeños movimientos me hacía sentir el mayor placer que había experimentado
jamás.
Por un momento pensé que flotábamos en la habitación, hasta
que no pude más y dejé que un grito saliera de lo más dentro de mí. Nunca otra
mujer había conseguido hacerme temblar de aquella manera jugando con mi cuerpo.
Abrí los ojos al notar como clavaba sus uñas en mi espalda y
ahí estábamos las dos, abrazadas, girando a un metro de la cama como dos plumas
que las lleva el viento. Debido a la excitación no era consciente de lo que
estaba pasando, cuando la luz de la luna que entraba por entre las cortinas,
dejó al descubierto aquellos dos colmillos que me hicieron suya para siempre.
Hace ya casi más de dos siglos de aquello y desde entonces
no ha habido una noche en que las dos no saliéramos juntas de caza, buscando
esos gemidos que nos vuelvan a hacer volar.
Jesús Cernuda.
martes, 23 de septiembre de 2014
MI PIEL RESPIRA TU PRESENCIA
MI PIEL RESPIRA TU PRESENCIA
Robaste la página en blanco de mis silencios
Para llenar de palabras mis manos,
En las caricias de unos sueños
Que en tu mirada vieron la silueta de la luna.
Acercaste tus labios mudos
A los susurros de mi descanso,
Que mecidos por el viento
Abrazaron tus ramas desnudas.
Robaste la página en blanco de mis silencios,
Y en el principio del ocaso me besaste
Dando abrigo a las arrugas de mí despertar.
Mientras en los ojos de tu espalda...
Mi piel respira tu presencia.
Jesús Cernuda.
dijujo de Luis Serrano:
http://www.luisserrano.com
https://www.facebook.com/luisserranoweb/info
viernes, 12 de septiembre de 2014
TE BUSQUÉ.
os dejo un poema que por primera vez me han traducido a otro idioma,
TE BUSQUÉ
Te busqué desde el instante que mis lágrimas
Asomaron a mi rostro,
Perdido por un camino que me llevaba a tu locura
Que en silencio abrazaba mi despertar.
Fuiste el cielo en el descanso de mis suspiros
Cuando mis ojos tristes soñaban tus fantasías,
Convirtiendo mis pies descalzos en fría huella
Que abraza tu playa.
Te busqué desde el instante que mis lágrimas
Asomaron a mi rostro,
Dejando que los pétalos de tus ojos
Formaran nuestro destino
Que al miedo susurraba palabras que no tienen vergüenza.
Porque en los deseos de mi mar en calma
Era tu barco quien buscaba donde descansar.
Y los dos caminamos hasta encontrarnos
En la comisura de unos labios
Que besaron tu nombre.
TE BUSQUÉ.
Jesús Cernuda
ET VAIG BUSCAR
Et vaig buscar des de l'instant que les meves llàgrimes
Començaren a brollar al meu rostre,
Perdut per un camí que em portava a la teva bogeria
Que en silenci abraçava el meu despertar.
Vas ser el cel en el descans dels meus sospirs
Quan els meus ulls tristos somiaven les teves fantasies,
Convertint els meus peus descalços en freda empremta
Que abraça la teva platja.
Et vaig buscar des de l'instant que les meves llàgrimes
Començaren a brollar al meu rostre,
Deixant que els pètals dels teus ulls
Formessin el nostre destí
Que a la por murmurava paraules que no tenen vergonya.
Perquè en els desitjos del meu mar en calma
Era el teu vaixell qui buscava on descansar.
I els dos vam caminar fins a trobar-nos
A la comissura d'uns llavis
Que van besar el teu nom.
ET VAIG BUSCAR.
Jesús Cernuda
Muchas gracias a Jessica Gómez Andrés por ponerme en contacto con Mario Gomez "periodista deportivo y gran amante de la palabra escrita" que tuvo la gentileza de hacerme la traducción al catalán.
podéis seguirlo en twitter: @gomezmario7
TE BUSQUÉ
Te busqué desde el instante que mis lágrimas
Asomaron a mi rostro,
Perdido por un camino que me llevaba a tu locura
Que en silencio abrazaba mi despertar.
Fuiste el cielo en el descanso de mis suspiros
Cuando mis ojos tristes soñaban tus fantasías,
Convirtiendo mis pies descalzos en fría huella
Que abraza tu playa.
Te busqué desde el instante que mis lágrimas
Asomaron a mi rostro,
Dejando que los pétalos de tus ojos
Formaran nuestro destino
Que al miedo susurraba palabras que no tienen vergüenza.
Porque en los deseos de mi mar en calma
Era tu barco quien buscaba donde descansar.
Y los dos caminamos hasta encontrarnos
En la comisura de unos labios
Que besaron tu nombre.
TE BUSQUÉ.
Jesús Cernuda
ET VAIG BUSCAR
Et vaig buscar des de l'instant que les meves llàgrimes
Començaren a brollar al meu rostre,
Perdut per un camí que em portava a la teva bogeria
Que en silenci abraçava el meu despertar.
Vas ser el cel en el descans dels meus sospirs
Quan els meus ulls tristos somiaven les teves fantasies,
Convertint els meus peus descalços en freda empremta
Que abraça la teva platja.
Et vaig buscar des de l'instant que les meves llàgrimes
Començaren a brollar al meu rostre,
Deixant que els pètals dels teus ulls
Formessin el nostre destí
Que a la por murmurava paraules que no tenen vergonya.
Perquè en els desitjos del meu mar en calma
Era el teu vaixell qui buscava on descansar.
I els dos vam caminar fins a trobar-nos
A la comissura d'uns llavis
Que van besar el teu nom.
ET VAIG BUSCAR.
Jesús Cernuda
Muchas gracias a Jessica Gómez Andrés por ponerme en contacto con Mario Gomez "periodista deportivo y gran amante de la palabra escrita" que tuvo la gentileza de hacerme la traducción al catalán.
podéis seguirlo en twitter: @gomezmario7
martes, 15 de julio de 2014
ÁMAME
Ámame.
Como esas olas que acarician la arena
Borrando toda huella de nuestros suspiros.
Deja que mis labios abracen tu espalda
En las vacías ramas de tus silencios,
Que mecidos por la brisa
Lloraron un “te quiero”.
Ámame.
Como ese amanecer que baña las noches
Llenando de heridas nuestros sueños.
Deja que en las marchitas hojas de tus miedos
Mis dedos le susurren al tiempo,
Que en la escarcha de tu mirada
Lloraron por un beso.
Ámame como si fuera la última vez…
Como si todo fuera eterno.
Jesús Cernuda.
Como esas olas que acarician la arena
Borrando toda huella de nuestros suspiros.
Deja que mis labios abracen tu espalda
En las vacías ramas de tus silencios,
Que mecidos por la brisa
Lloraron un “te quiero”.
Ámame.
Como ese amanecer que baña las noches
Llenando de heridas nuestros sueños.
Deja que en las marchitas hojas de tus miedos
Mis dedos le susurren al tiempo,
Que en la escarcha de tu mirada
Lloraron por un beso.
Ámame como si fuera la última vez…
Como si todo fuera eterno.
Jesús Cernuda.
domingo, 1 de junio de 2014
PROMESAS PERDIDAS
Leonid Afremov |
Abracé el disfraz de tu sonrisa,
con el calor de unos labios sinceros...
que en tus noches prometían sueños.
Y en el tacto de mi espalda,
tus manos acariciaron sus miedos...
grabando en el olvido un "te quiero".
Abracé el disfraz de tu sonrisa,
con la comisura de mis dedos...
que en tus noches prometían sueños.
Y la luna se miró en tu espejo,
reflejo pálido en el silencio...
de promesas que llevó el viento.
Jesús Cernuda.
jueves, 22 de mayo de 2014
RETO A3 BANDAS(SEGUNDA PARTE)
Ahora es mi turno. os dejo el desenlace del RETO A3 BANDAS. el final que aquí el que escribe le dio al relato de Lucía Sugar(La Maga) inspirado en el dibujo de Luis Serrano. Espero que os guste.
Y si queréis podéis entrar en nuestra página del facebook para participar en el sorteo que hemos preparado.NO OS DURMÁIS QUE QUEDA POQUITO.
https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=295713903931101&id=288378987997926
Abrí el sobre y allí dentro se encontraba una de nuestras invitaciones de boda pero ligeramente modificada…
Alguno de los graciosillos que se hacían llamar mis amigos le había añadido a mi foto un maquillaje digno de una película de terror. Como broma resultaba simpática, pero lo que no llegaba a comprender era ese corte que se apreciaba en mi mejilla derecha, Maira y Lore apenas habrían tenido tiempo para comentarles lo de mi herida y menos aún ellos para preparar el montaje. Ya no tenía ninguna duda de que se lo estaban tomando en serio.
No sólo Carlos no me estaba esperando en casa con los brazos abiertos, si no que parecía negarse a coger el teléfono, —“ya puede tener preparado algo gordo o se va a enterar”, la foto que manipularon no va a ser nada con lo que van a ver de mí.
Eran las 18:45, casi había llegado al lugar donde suponía descubriría todo el chanchullo. El maldito corte de la cara no dejaba de escocerme y para colmo una de esas inoportunas migrañas hacía que mi cabeza pareciera a punto de estallar.
Como ya imaginaba, en aquella dirección no había nada, tan solo un local viejo que por las pintas llevaría cerrado más de 20 años. Miré el reloj justo en el momento que mi nuevo teléfono volvía a sonar. Las 19:02h, ¡joder menuda puntualidad ¡
“adéntrate en la caverna”.
Eché un vistazo a mí alrededor buscando lo que para ellos era la caverna y entonces me fijé en la entrada de aquel viejo local. —“juraría que antes no estaba así”.
Rodeando la gran puerta metálica, un dibujo hacía las veces de entrada, tan real que podía notarse la oscuridad del interior de una cueva. Me acerqué despacio, con un cierto temor a lo que habría tras ella y apenas estaba a un metro cuando se abrió de golpe.
Llevaba varios minutos dentro de aquel lugar. El olor a moho y suciedad por poco me hace abandonar su juego, pero empezaba a sentir curiosidad.
Llegué a una habitación igual de mugrienta. Estaba vacía a excepción de un gran dibujo en el suelo que se trataba como no podría ser menos del mismo símbolo del anillo. No vi ninguna salida con lo que parecía que el camino acababa aquí. De pronto se apagaron las luces, no se podía ver nada en absoluto, cuando sentí que varias manos frías como el hielo me agarraban por los tobillos y las muñecas. Dejé escapar un grito, —“estos cabrones ya se estaban pasando. —
Una fuerte luz roja volvió a iluminar la habitación. Lo que vi no parecía nada que aquellos idiotas pudieran preparar. Me tenían sujeta sobre una mesa, rodeada de varias esculturas de seres deformes como salidos del mismísimo infierno y que habían aparecido de la nada. No fui capaz de articular una sola palabra, si lo que pretendían era acojonarme lo habían conseguido.
Una amarillenta nube de humo dio paso a una figura humana que tapaba su rostro con una máscara igual a las que recordaba haber visto días atrás en Puerto Morelos, no podía creer lo que estaba viendo, su cuerpo quedaba tapado por una gran túnica de colores y en sus pies unos enormes zapatos azules que le hacían perder ese aspecto terrorífico que le daba la máscara. Acercó su mano a mi cara y supe en seguida que se trataba del mismo que me había dado el tequila la última noche en Méjico.
No sabía quienes eran aquellas personas pero tenía la extraña sensación de que les conocía y aquel lugar…aquel lugar de pronto se convirtió en mi casa, me encontraba en mi salón sobre la mesa en la que cenaba todos los días.
Dos de los que que me sujetaban apartaron la capucha que cubría sus cabezas, – ¡no puede ser, ¿cómo carajo han conseguido Caro y los demás hacer esto? ¡—reconocí en seguida a Mario Casas y Miguel Ángel Silvestre, que con sus torsos desnudos no dejaban de reírse. Cerré los ojos esperando a que la imaginación me estuviera jugando una mala pasada, el dolor de cabeza era cada vez más fuerte. Cuando volví a abrirlos me di cuenta que ya nadie me agarraba, pero aunque intentaba moverme no lo conseguía.
Aquella persona con la túnica de colores había desaparecido y en su lugar, un enorme altar donde me vi a mi misma con un vestido de novia color negro. A mi lado un hombre sin rostro parecía esperar una respuesta que yo conocía bien, pero una sensación de pánico no me dejaba contestar. El dolor de cabeza cesó como si nunca hubiera estado ahí y de la herida de mi mejilla surgió una gota de sangre que desafiando a la ley de la gravedad ascendió por mi rostro hasta convertirse en una lágrima que empezaba a brotar de mis ojos.
Las luces se apagaron de nuevo, durante un tiempo que no podría precisar todo quedó en un profundo silencio hasta que la melodía de una guitarra hizo que me sintiera viva de nuevo. El pánico que se había apoderado de mí se fue alejando con aquella música, como un viejo tren que se despide de una estación a la que no sabe si volverá.
Empecé a oír lo que parecía el timbre de mi nuevo teléfono, su volumen subía por momentos hasta llegar a hacerse insoportable y escuché como Maira me llamaba. — ¡Marta, Marta! — la claridad fue adueñándose de todo al mismo tiempo que yo abría los ojos… Lo último que recordaba era a aquel guerrero maya poniendo medio limón en mi mano.
—En tres horas salimos para el aeropuerto, a que esperas. No querrás quedarte aquí, recuerda que en una semana te casas. — dijo Maira zarandeándome por los hombros.
La miré a los ojos y pensé — “¿dónde ha quedado aquella mochilera?”
—lo siento Maira. Ni siquiera sé si quiero casarme.
Jesús Cernuda.
Y si queréis podéis entrar en nuestra página del facebook para participar en el sorteo que hemos preparado.NO OS DURMÁIS QUE QUEDA POQUITO.
https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=295713903931101&id=288378987997926
Abrí el sobre y allí dentro se encontraba una de nuestras invitaciones de boda pero ligeramente modificada…
Alguno de los graciosillos que se hacían llamar mis amigos le había añadido a mi foto un maquillaje digno de una película de terror. Como broma resultaba simpática, pero lo que no llegaba a comprender era ese corte que se apreciaba en mi mejilla derecha, Maira y Lore apenas habrían tenido tiempo para comentarles lo de mi herida y menos aún ellos para preparar el montaje. Ya no tenía ninguna duda de que se lo estaban tomando en serio.
No sólo Carlos no me estaba esperando en casa con los brazos abiertos, si no que parecía negarse a coger el teléfono, —“ya puede tener preparado algo gordo o se va a enterar”, la foto que manipularon no va a ser nada con lo que van a ver de mí.
Eran las 18:45, casi había llegado al lugar donde suponía descubriría todo el chanchullo. El maldito corte de la cara no dejaba de escocerme y para colmo una de esas inoportunas migrañas hacía que mi cabeza pareciera a punto de estallar.
Como ya imaginaba, en aquella dirección no había nada, tan solo un local viejo que por las pintas llevaría cerrado más de 20 años. Miré el reloj justo en el momento que mi nuevo teléfono volvía a sonar. Las 19:02h, ¡joder menuda puntualidad ¡
“adéntrate en la caverna”.
Eché un vistazo a mí alrededor buscando lo que para ellos era la caverna y entonces me fijé en la entrada de aquel viejo local. —“juraría que antes no estaba así”.
Rodeando la gran puerta metálica, un dibujo hacía las veces de entrada, tan real que podía notarse la oscuridad del interior de una cueva. Me acerqué despacio, con un cierto temor a lo que habría tras ella y apenas estaba a un metro cuando se abrió de golpe.
Llevaba varios minutos dentro de aquel lugar. El olor a moho y suciedad por poco me hace abandonar su juego, pero empezaba a sentir curiosidad.
Llegué a una habitación igual de mugrienta. Estaba vacía a excepción de un gran dibujo en el suelo que se trataba como no podría ser menos del mismo símbolo del anillo. No vi ninguna salida con lo que parecía que el camino acababa aquí. De pronto se apagaron las luces, no se podía ver nada en absoluto, cuando sentí que varias manos frías como el hielo me agarraban por los tobillos y las muñecas. Dejé escapar un grito, —“estos cabrones ya se estaban pasando. —
Una fuerte luz roja volvió a iluminar la habitación. Lo que vi no parecía nada que aquellos idiotas pudieran preparar. Me tenían sujeta sobre una mesa, rodeada de varias esculturas de seres deformes como salidos del mismísimo infierno y que habían aparecido de la nada. No fui capaz de articular una sola palabra, si lo que pretendían era acojonarme lo habían conseguido.
Una amarillenta nube de humo dio paso a una figura humana que tapaba su rostro con una máscara igual a las que recordaba haber visto días atrás en Puerto Morelos, no podía creer lo que estaba viendo, su cuerpo quedaba tapado por una gran túnica de colores y en sus pies unos enormes zapatos azules que le hacían perder ese aspecto terrorífico que le daba la máscara. Acercó su mano a mi cara y supe en seguida que se trataba del mismo que me había dado el tequila la última noche en Méjico.
No sabía quienes eran aquellas personas pero tenía la extraña sensación de que les conocía y aquel lugar…aquel lugar de pronto se convirtió en mi casa, me encontraba en mi salón sobre la mesa en la que cenaba todos los días.
Dos de los que que me sujetaban apartaron la capucha que cubría sus cabezas, – ¡no puede ser, ¿cómo carajo han conseguido Caro y los demás hacer esto? ¡—reconocí en seguida a Mario Casas y Miguel Ángel Silvestre, que con sus torsos desnudos no dejaban de reírse. Cerré los ojos esperando a que la imaginación me estuviera jugando una mala pasada, el dolor de cabeza era cada vez más fuerte. Cuando volví a abrirlos me di cuenta que ya nadie me agarraba, pero aunque intentaba moverme no lo conseguía.
Aquella persona con la túnica de colores había desaparecido y en su lugar, un enorme altar donde me vi a mi misma con un vestido de novia color negro. A mi lado un hombre sin rostro parecía esperar una respuesta que yo conocía bien, pero una sensación de pánico no me dejaba contestar. El dolor de cabeza cesó como si nunca hubiera estado ahí y de la herida de mi mejilla surgió una gota de sangre que desafiando a la ley de la gravedad ascendió por mi rostro hasta convertirse en una lágrima que empezaba a brotar de mis ojos.
Las luces se apagaron de nuevo, durante un tiempo que no podría precisar todo quedó en un profundo silencio hasta que la melodía de una guitarra hizo que me sintiera viva de nuevo. El pánico que se había apoderado de mí se fue alejando con aquella música, como un viejo tren que se despide de una estación a la que no sabe si volverá.
Empecé a oír lo que parecía el timbre de mi nuevo teléfono, su volumen subía por momentos hasta llegar a hacerse insoportable y escuché como Maira me llamaba. — ¡Marta, Marta! — la claridad fue adueñándose de todo al mismo tiempo que yo abría los ojos… Lo último que recordaba era a aquel guerrero maya poniendo medio limón en mi mano.
—En tres horas salimos para el aeropuerto, a que esperas. No querrás quedarte aquí, recuerda que en una semana te casas. — dijo Maira zarandeándome por los hombros.
La miré a los ojos y pensé — “¿dónde ha quedado aquella mochilera?”
—lo siento Maira. Ni siquiera sé si quiero casarme.
Jesús Cernuda.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)