
El reflejo blanco de mi cabello parece flotar en un cielo que llora por ese niño que un día fui.
sigo esperando...esperando a que regrese a mi ventana y me tienda la mano.
Mis ojos tristes suspiran por unos sueños ya olvidados, unos recuerdos escondidos en una memoria con amnesia que un día abandoné a su suerte.
Apenas alcanzo a ver cuando fue el momento en que el hombre le cortó las alas a aquel niño, que a pesar de todo, quedó agazapado en la sombra.
Hoy, como cada mañana, he vuelto a asomarme a la ventana, con la esperanza de que esas nubes traigan de vuelta mis sueños, que vuelvan de su aventura por Nunca Jamás y me hagan de nuevo desplegar las alas.
NUNCA DEJES DE SOÑAR.
Jesús Cernuda.
Nunca dejes de soñar, a veces, incluso los sueños se cumplen. Un fuerte abrazo, Jesús.
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