Para viajar
lejos, no hay mejor nave que un libro.

Fui yo quien tímidamente atravesó aquella puerta, tras la
que un anciano sonreía regalándome su bien más preciado. Conocí así fantasía y
con el auryn entre mis manos recorrí el mundo.
Fui polizón en un gran velero, donde aquel pirata sin garfio
se dejaba guiar por las estrellas, esas que un día acaricié con mis manos en un
viaje que a la postre, me llevaría al centro de la tierra.
Fui caminante por mundos olvidados, guerrero contra esos
gigantes de viento que soñaron mi locura., poesía en la cara oculta de la luna
o fiel guardián del tesoro en la tierra media.
Fui soldado, o un enamorado de la vida desde lo más profundo
de la tierra. Ciudadano mágico de “Macondo”, e incluso ese soñador ajeno que
dio vida a nuestros sueños.
Fui todo, sin ser nada. En la soledad que el tacto de su
piel acaricia mis manos desnudas. Y eso es lo que me hace vivir. Esas páginas
que entre mis dedos, forman mis recuerdos.
Ahora soy yo ese anciano
que espera un nuevo viajero, pero ésa…ésa es otra historia y debe ser contada
en otro momento.
jesús cernuda
No tardes mucho en contar esa historia, todos la esperamos. Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarquien sabe si alguien llegará con más fuerzas que yo para contarla. otro abrazo para ti
Eliminarseguiremos en soledad, sintiendo el tacto de su piel en uestras manos. soñando vidas y viviendo sueños ;). un abrazo Lucía
ResponderEliminarDe eso nada, tienes que ponerte las pilas y adelante.
ResponderEliminar¿No te contagié el otro día en la firma? Espero verlo pronto. :-D
es imposible que no contagiesa nadie con tu sonrisa. un abrazo guapa y gracias por pasarte por mi rinconcito
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