
El sol descansaba ya sobre las frías aguas,
Las olas traían a mi memoria el aroma de tus recuerdos
Mientras mis pies descalzos acariciaban la arena.
En mi mente el miedo me susurra palabras vacías,
Esas con las que un día me engañaste
Prometiendo sueños no cumplidos…
Pero yo te creí.
No hubo brisa que pudiera secar mis lágrimas
El día que con un beso en los labios me dijiste adiós,
Hiriendo de muerte una vida que,
Por habértela entregado, no me pertenecía.
Ahora estoy aquí, solo,
Arrastrando mis pasos hacia el fondo del mar,
Esperando que mi corazón se silencie por siempre.
Te veo a lo lejos,
Asomando en el mismo lugar donde el sol se pierde,
Haciéndome un gesto para que me acerque a ti.
Con otra cara y con otro nombre
Me dijiste que sería eterno…
Pero yo te creí.
Jesús Cernuda.